Guadalupe Vaca de 47 años nos cuenta su progreso y lo orgullosa que está de ser UNA de las 1.183 mujeres que participan en el proyecto Red de lácteos en los Andes del Ecuador (DNA). Plan que además de sensibilizar para crear conciencia con el cuidado medio ambiente, también abre un abanico de posibilidades para que las mujeres participen en negocios complementarios.Oriunda de la parroquia Nanegalito, ubicada al noroccidente del Ecuador en la provincia de Pichincha; pertenece a la Asociación de Ganaderos Tulipe y con gran emoción nos cuenta como han crecido en su zona gracias al trabajo que se ha llevado a cabo, conjuntamente con Heifer Ecuador, para que las organizaciones o empresas locales en manos de campesinas y campesinos, puedan alcanzar un ingreso de vida digno a través de las actividades relacionadas con la producción de leche.Son 1.647 familias, ubicadas en las provincias de Cotopaxi, El Oro y Pichincha, que participan en este proyecto enfocado en generar oportunidades para la formación y creación de empleos, sobre todo para mujeres y jóvenes.En el periodo de enero a junio de 2019 se han realizado 175 capacitaciones, con temas centrales como el cuidado del medioambiente o los negocios complementarios que pueden desarrollar las mujeres. Gracias a esto Guadalupe ha podido participar y se encuentra poniendo en práctica lo aprendido. Desarrolló un huerto agroecológico en su hogar, donde cultiva sus propios alimentos; “Desarrollé un pequeño huerto en mi casa, consumimos alimentos propios y orgánicos y aprovecho para cuidar mi tierra. También elaboro queso y los estoy vendiendo a mis vecinos, lo que me permite tener un ingreso adicional y mejorar la economía en mi hogar” nos cuenta Guadalupe.Este es uno de los ejemplos de cómo las mujeres, se visibilizan en todos los eslabones de la cadena de valor y como se han empoderado de los procesos productivos y empresariales desarrollando habilidades para alcanzar otro nivel de superación, tanto en el aspecto laboral como en el personal. La actitud, la buena voluntad y las ganas de generar cambios positivos es lo que permite tener espacios de transformación efectivos que forman y potencializan a las mujeres.Compartir conocimientos es clave para que lo aprendido pueda ser replicado en otras comunidades, porque no hay mejor forma de poder demostrar lo aprendido, que visitando una finca diversificada que genera unidad familiar e ingresos que aportan a su calidad de vida. “Estoy contenta y me siento renovada, estoy compartiendo lo que he aprendido con mis vecinos, dando ejemplo a mis hijos del cuidado que debemos tener con nuestra tierra y de la forma en cómo ellos pueden producir sin dañar el ecosistema”.Empoderar mujeres permite que sean independientes, dueñas de su trabajo e ingresos. Cultivan conocimientos y son agentes de cambio en sus comunidades. Queremos que existan muchas más Guadalupes en las zonas rurales del Ecuador.
