2023-04-04

Riesgos: cómo enfrentarlos “Solo la comunidad puede tener mayores capacidades frente al riesgo”

Realizamos una entrevista a Cristopher Velasco, presidente de la Asociación de Profesionales de Gestión de Riesgos del Ecuador, sobre los desastres que azotan al país y cómo enfrentarlos. Cristopher nos da algunas pistas sobre cómo trabajar con la población en territorios en riesgo y algunas claves para entender la gestión de riesgos. Esperamos que esta entrevista aporte a la lectura de lo que sucede.

Cristopher, ¿qué está pasando en el Ecuador en relación con los desastres naturales?

Hay algunos elementos que son importantes poner en reflexión. Debemos recordar que el Ecuador es un país multiamenaza, es decir, que tenemos una exposición a peligros volcánicos, sísmicos, hidrometeorológicos, geológicos. Sobre estas amenazas, debemos saber que el riesgo es una construcción social; es decir, no solo depende del peligro del fenómeno, sino que depende de la interacción que los seres humanos tenemos con ese fenómeno. Por lo tanto, la vulnerabilidad también la construimos. Si existe un volcán que está en ese lugar hace millones de años, es el asentamiento humano el que se aproxima a ese peligro. Así, mientras más próximo es el asentamiento humano al peligro, muchos más daños puede ocasionar. Y si, además, dañamos los ecosistemas, obstruimos quebradas, si deforestamos, avanzamos con la expansión agrícola sobre páramos y bosques, si hay una alteración ecosistémica en el territorio, agrabada por el cambio climático que, por ejemplo, produce lluvias más intensas, en periodos más cortos, todo eso hace que el peligro aumente. A esto súmale que los fenómenos naturales son cíclicos; por lo tanto, si hubo un aluvión, lo más probable es que se vuelva a repetir.

Para actuar sobre esos fenómenos, debemos entender las capacidades que tiene la población frente a determinado peligro, necesitamos comprender su cosmovisión, su identidad, su forma de relacionamiento socio natural. Porque parecería que la mochila de emergencia, el plan familiar de protección, la ruta de evacuación, no llega a calar en la gente y eso no necesariamente es así. Si vas a una zona andina y le preguntas a un habitante de Mulaló, si tiene mochila de emergencia, capaz no sabe a qué te refieres, pero si le pides saber cómo entiende su relación con el Cotopaxi, quizás te va a decir que si ve mucha ceniza, va a guardar sus vacas en un lugar techado y que se proveerá de suficiente pasto para dar de comer a esas vacas, que sí escucha un sonido fuerte, va a refugiarse para estar seguro.

Cuando existe imposición, desde la ciencia positiva, que dice lo que tienes que hacer, se vuelve complejo. Entonces, cuando decimos que el riesgo es una construcción social, hacemos hincapié en que hay que entender las dinámicas socioculturales, socioambientales, socioeconómicas que existen en el territorio y hasta socio-organizativas, para trabajar con la población. Cuando planteas la idea de que la gestión de riesgos es transversal, entonces, lo primero que yo recomiendo es pensar el territorio más allá de los límites administrativos, actuar sobre la geografía: cuencas, microcuencas, fallas, para poder entender el comportamiento más sistémico del territorio. Entonces, tú puedes trabajar en Bolívar, un proceso de protección de páramos y, a la par, trabajas en la cuenca media del Guayas, un proceso de adaptación al cambio climático, para controlar las inundaciones.

Pensar, por ejemplo, desde los límites político-administrativos no es tan pertinente para la prevención. Porque no se trata de tener puntos de encuentro, rutas de evacuación, ocho días de emergencia, plan familiar, solamente. Se trata de entender que somos una parte de todo un sistema que es mucho más complejo, una cuenca o una microcuenca o una falla geológica. Solo así vamos a comenzar a entender los peligros constantes que tenemos y cómo pueden ser reducidos.

¿Se pueden reducir los impactos de estos desastres?

La condición de riesgo es permanente. Es como la muerte, es una cosa que está ahí, pero que tiene un alto nivel de incertidumbre. Entonces, cuando me preguntas qué desastres pueden ser los prevenibles, yo te puedo decir que podemos reducir los impactos en todos. ¿Cuánto podemos reducir? Eso depende de cómo culturalmente, socialmente y políticamente estemos abordando el tema. Podemos plantear cómo podemos evitar la pérdida de vidas humanas, que es lo más doloroso, lo más trágico, lo más complejo. Y por el otro lado, cómo reducimos impactos en los medios de producción, en las viviendas, en la economía misma de un territorio. Entonces, si tenemos una población que vive en extrema pobreza, con desnutrición crónica infantil, sin acceso a servicios sociales, educación, etcétera, todas estas vulnerabilidades se exacerban mucho más cuando existe una inundación o un deslizamiento. Por eso, en estos desastres hay una parte natural y otra muy humana, que hay que trabajar. Porque las desigualdades son parte también de esa construcción social dentro de un modelo de desarrollo, que genera unas brechas enormes de pobreza o extrema pobreza y que al momento que se presentan estos eventos, hacen que se vulneran más los derechos de las personas, sobre todo las de más bajos recursos.

Cuando tú no logras comprender la dinámica territorial, cuando tú no logras entender los procesos de transformación social que existen en un territorio, difícilmente vas a poder entender la condición de riesgo. Es fácil decir, si tienes el fenómeno, ¿por qué te asientas ahí?, ¿por qué haces la casa ahí?, ¿por qué el alcalde no controla? Puedes justificarte de varias formas, pero volvemos a la misma idea conceptual de lo cíclico y de la geografía, cuando dejamos que la ciudad se asiente cerca a ese accidente geográfico, que a lo mejor antes no tenía el mismo nivel de deterioro, que a lo mejor antes tenía más compactado el suelo, que a lo mejor antes tenía mejor vegetación que ayudaba a la cobertura, a la contención. Entonces, lo que estás haciendo es que esa exposición pueda generar un nivel de afectación mucho mayor.

¿Qué podemos hacer como instituciones que trabajamos en el sector rural?

Necesitamos construir con la gente y sus conocimientos, sus actitudes, sus prácticas, formas de protección frente a estos peligros. Cómo recuperamos sus propios saberes para poder entender cómo prepararse mejor frente al riesgo, cómo podemos hacer que la organización social sólida que estamos trabajando en el tema productivo, en el tema de conservación del agua y en cualquier otra cuestión, incorpore estas actividades de prevención en sus prácticas cotidianas. No reproduzcamos esta idea de la cultura de prevención, porque la cultura no se impone, se construye a partir de tradiciones, de relaciones sociales, de expresiones artísticas.

Entonces, debemos recuperar ese entendimiento, ese raciocinio que tenemos los seres humanos de diferentes cosmovisiones para ser lo que siempre hemos sido, un país diverso, con pueblos y nacionalidades, con una forma de entendimiento del territorio totalmente múltiple y diversa. Ese es el camino que me parece debemos trabajar en las organizaciones que tenemos una responsabilidad con la gente, con los territorios rurales, con los territorios urbanos marginales. Tenemos que empezar a vincular la gestión de riesgos a los derechos y al desarrollo.

Finalmente, ¿Qué podemos hacer como población?

Es muy importante la organización, el tejido social organizado que puede exigir derechos. Cuando tenemos una buena organización social, pueden salir cosas interesantes. La alerta comunitaria de los vecinos cuando llueve demasiado y todos van a un lugar que han identificado como seguro. Si vemos que hay un problema con el encauce del agua superficial, que está afectando a una zona de las viviendas, entonces se puede hacer una minga para actuar sobre ese riesgo. La base de poder tener mayores capacidades está en el nivel comunitario, por supuesto.

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