María Piedad Guamán Sagñay, mujer indígena de 33 años, nació en las tierras de la comunidad San Martín Alto, cantón Guamote, provincia de Chimborazo, sitio que hoy sigue siendo cuna para ella, su esposo y sus tres hijas de 15, 12 y 7 años.PREMIO WILD 2010 CATEGORÍA LOGROS EN LAS BASESNombre: María Piedad Guamán SagñayDirección: Comunidad San Martín Alto, cantón Guamote, provincia de ChimborazoCargo: PromotoraSus ojos brillan cuando recuerda su infancia y sus primeros años en la escuelita unidocente, en aquellos tiempos en la comunidad de San Martín Alto muy pocas mujeres accedían a la educación. “Mujeres éramos para aprender a hilar, cocinar y cuidar a los guaguas, para nuestros padres fue difícil que vayamos a la escuela”, comenta. No bien cumplía 12 años, cuando junto a su hermana menor de 7 años, tuvo que irse a vivir durante dos años en los páramos de Gampalá, Turupamba para cuidar los animales de la familia. “Ahí cuidamos dos vaquitas, chanchos, borregos, cuyes y gallinas y un burrito”. “Yo cuidaba a mi hermanita, y con ella sembrábamos, aporcábamos y cosechábamos las ocas, mashuas y papas”, recuerda.A partir de los 14 años y a causa de la falta de recursos de sus padres, su vida transcurrió entre labrar la tierra los fines de semana en San Martín y viajar a Guayaquil (puerto principal del Ecuador) para trabajar de empleada doméstica, niñera y vendedora ambulante de frutas para ayudar en la manutención de sus cinco hermanos. Luego de una larga enfermedad producto del trajinar, regresa a San Martín y a los 20 años contrae matrimonio con Pedro Yupanqui, un joven líder de la comunidad, con quien procrea tres niñas, desde entonces se radicó en sus tierras y desde allí buscó apoyar a los jóvenes, en la búsqueda de alternativas frente a la emigración, los bajos ingresos y la inequidad, en este camino conoció a Heifer.En 1998, el Centro de Desarrollo Indígena – CEDEIN con el apoyo de Heifer ejecuta el proyecto “Apoyo a experiencias de Agricultura Sostenible en comunidades de Chimborazo”, en el que participa la comunidad San Martín Alto y Piedad junto a su familia, para el año 2003, Heifer apoya directamente a San Martín con el proyecto “Soberanía Alimentaria en las comunidades de Chimborazo” y en el 2008 a familias del Ecuador con el proyecto “Semillas de Vida, Recuperación, Conservación y Promoción de la Agrobiodoversidad Nativa en Agroecosistemas Productivos del Ecuador”, propuesta en la que Piedad participa como promotora, papel que mantiene hasta la actualidad.Piedad a través de varios años de haber incorporado diversas prácticas agroecológicas en su chacra y haber recuperado y conservado semillas ancestrales y diversificado sus animales, con un amplio sentido de cariño y respeto por todos los seres de la naturaleza, Piedad ha convertido su propia experiencia y espacio en un centro de compartir de conocimientos, continuamente le visitan los jóvenes de la comunidad y gente de otras comunidades, es esos momentos donde Piedad comparte su historia de vida, sus aprendizajes, experiencias y las semillas de vida, por ella recuperadas y cultivadas.Es una de las gestoras y participante asidua de la feria de Comercialización Solidaria de los productores de Guamote, en la que se logró juntar a productores y productoras de varias organizaciones. Piedad participa motivando a sus compañeras y ofreciendo quinua, trigo, habas y arveja, huevos y leche, producidos en su chacra. Impulsa las formas de reciprocidad a través de intercambiar productos solidariamente con otros productores. Una vez concluida la feria puede abastecerse de aquellos bienes que le ayudan a mejorar la calidad de vida de sus hijos (ropa y útiles escolares).Piedad pudo compartir con Pedro sus expectativas y sueños, el continuar estudiando y formándose a la par de mantener una familia unida y sana. Pedro le apoyó para que termine su bachillerato y participe en la formación de Promotores Agroecólogos junto a Heifer. Sus hijas se muestran muy orgullosas de los logros de su madre, quien ahora es promotora en la producción agroecológica y la soberanía alimentaria en su comunidad. Tres veces a la semana ella visita a las familias para entregar semillas, examinar a los cuyes y escuchar a los comuneros.Pedro, el joven líder de San Martín, quien ha sido partícipe de los procesos de formación de Heifer, ha inculcado en sus hijas la importancia de compartir los roles entre hombres y mujeres, es así, que mientras Nelly la hija mayor apoya a su hermana en vestirse para ir a la escuela, Pedro junto a Piedad preparan el desayuno… más tarde, al llegar a San Martín, encontramos a Pedro ayudando en las tareas a las niñas.Para la comunidad de San Martín Alto autodeclarada “Comunidad libre de agroquímicos”, esta familia es la esperanza, el testimonio que permite ver que se ha ido superando las épocas en que las mujeres no estudiaban y tenía los roles del hogar definidos y las dirigencias estaban asignados exclusivamente para hombres. Piedad demuestra con sus acciones y trabajo que es posible levantar la voz cuando les llegan con propuestas foráneas que atentan contra su tierra y su salud (pues aún recuerdan cuando les vinieron a dejar fertilizantes, pesticidas y semillas mejoradas, y Piedad fue una de las que se opuso rotundamente, aun cuando todo pretendía ser regalado). El hecho de que los dirigentes y líderes de la comunidad, cuentan con los criterios de esta familia para tomar decisiones da pauta de las afirmaciones dichas.“Estas oportunidades con Heifer a mí me dieron mucho, yo me animé a decir y a hacer lo que pienso, lo que siento y lo que sueño para mi familia y mi comunidad, yo dejé de pensar en esos días en que parecía que la única forma de ganar mi sustento era el de caminar por las calles de Guayaquil vendiendo frutas bajo el sol o la lluvia, yo decidí que mis hijas crecerían aquí, en las entrañas de la comunidad, que se respetarían a sí mismas, que vivirían con sus padres, que comerían lo que cómo familia hayamos decidido, que crecerían en un entorno sano y armonioso. Yo decidí que si alguien puede hacer algo por la comunidad, somos todos y a la vez cada uno de nosotros…” Piedad y el grupo de jóvenes del taller “Soberanía Alimentaria”. Cebadas. Mayo de 2010.