“La mejor caja de ahorro es la que se sostiene y ha mejorado las condiciones de vida de los socios”, mencionó Cristian Martínez, Gerente de la Red de Entidades Financieras Solidarias y Equitativas (REFSE), durante la socialización de experiencias de cajas de ahorro en micro-organizaciones, que se llevó a cabo en Quito el pasado 14 de junio, con el objetivo de analizar la aplicación de este modelo financiero en bionegocios y bioemprendimientos a nivel nacional.
Más de 40 personas, entre representantes de negocios de varias provincias de país, miembros de la cooperación internacional, y consultores especializados en la temática de creación e implementación de cajas de ahorro y microfinanzas, analizaron estas organizaciones del sector financiero popular y solidario.
Las cajas de ahorro se definen como organizaciones del sector financiero popular y solidario cuya base es un proceso asociativo. Se crean por voluntad propia para responder a una necesidad conformando una estructura de gobierno basada en el autocontrol y la rendición de cuentas, y tienen un objetivo claro de carácter social.
En la jornada se presentaron tres casos de éxito. Marina Catucango, administradora de la caja de ahorro San Agustín (Imbabura), mencionó que empezaron con 15 socias, con el objetivo de cubrir la educación de sus hijos, ahora se encargan del componente financiero de la comunidad. Este modelo de gestión responde a los criterios socio culturales y económicos de la comunidad, adaptándose a sus necesidades.
La caja de ahorro San Pedro de Vilcabamba (Loja) se creó con un grupo de personas que se juntaron con el objetivo de realizar un proyecto de riego por aspersión. Johana Mosquera, administradora de la caja, comentó que para crecer se juntaron con la Asociación Agroartesanal de Productores Ecológicos de Café Especial del Cantón Loja, y tienen la legalización de la Superintendencia de la Economía Popular y Solidaria (SEPS). “Ahorrar es planificar el futuro y disponer de recursos para mejorar la calidad de vida”, dijo.
Alexandra Garcés, Asesora a Grupos de Microfinanzas COSPE, dio a conocer el caso de la Caja de Ahorro del Grupo de San Ramón (Santo Domingo de los Tsáchilas), que arrancó con 17 personas vinculadas con la caña guadúa e implementaron el modelo para ahorrar y acceder a créditos con intereses.
Además, indicó que la voluntad de los socios es lo más importante y no se necesita que sean tantos sino comprometidos, y tener la idea de seguir adelante. Esta organización ha apoyado a alrededor de 63 fondos comunitarios en diversas provincias, y se han realizado réplicas con el apoyo técnico específico.
Al final de la jornada se hizo una reflexión participativa de oportunidades, limitaciones y desafíos para la implementación de cajas de ahorro, llegando a importantes conclusiones sobre las ventajas de fomentar la cultura de ahorro, el fortalecimiento organizativo y la definición de acuerdos para garantizar la gestión de fondos de las cajas de ahorro.
Los aportes de los participantes se resumen en cuatro lineamientos: formalidad y legalidad de las cajas de ahorro, sostenibilidad económica y social, modelo de autogestión y procesos organizativos, a fin de que los integrantes se comprometan con las cajas de ahorro para contar con los recursos que sostengan los bionegocios.
El encuentro despertó gran interés en los participantes por lo que le solicitaron al Gerente del proyecto, se realicen actividades similares con otros socios de estos y otros bionegocios, para que conozcan a profundidad las ventajas del fomento al ahorro y acceso al crédito ágil con un fondeo propio.
