En el Ecuador se desarrolla el Programa Regional Promesa que ejecuta acciones que promueven y apoyan la labor colectiva de las familias campesinas y sus organizaciones, para construir cadenas de valor efectivas y sostenibles. El Ecuador es el primer productor mundial de cacao fino de aroma e igualmente, cuenta con un gran potencial para producir y exportar cafés de alta especialidad. Heifer Ecuador busca implementar acciones disruptivas con visión a mediano y largo plazo que contribuyan a que las familias cacaoteras y cafetaleras generen un ingreso digno y sostenible. Bajo este programa se desarrollan dos proyectos: 1) Proyecto Cacao y café: fortalecimiento de las cadenas de valor. 2) Proyecto Alianzas para la Sostenibilidad del Cacao y Café (PASOS-CC) que apoya la competitividad, servicios, comercialización y resiliencia de las organziaciones campesinas.
En febrero recibimos la visita del alto liderazgo de Heifer International, en la que tuvieron la experiencia de conocer algunos de los proyectos que desarrolla Heifer Ecuador. Uno de ellos fue el proyecto Cacao y café: fortalecimiento de las cadenas de valor.
El impresionante paisaje del Sur del Ecuador, la abundancia de las zonas naturales, la calidez de la gente, la comida, cautivaron a los visitantes. En Catamayo, en el Macrocentro de exportación de la Federación Regional de Asociaciones de Pequeños Cafetaleros Ecológicos del Sur (FAPECAFES), una organización que nace el 2002 y que la integran siete asociaciones de productores de café de diferentes zonas de la provincia de Loja, los visitantes participaron de una degustación guiada de cafés de especialidad. Esta experiencia sensorial que solo puede brindar el café, inspiró a Oscar Castañeda, Vicepresidente del Área de las Américas y de allí nace este maravilloso texto, que a continuación compartimos. Le invitamos a tomarse un buen café mientras lee este texto.
El Café de Loja: Una Sinfonía de Suelo, Comunidad y Sabor
Por Oscar Castañeda
En las exuberantes tierras altas de Loja, Ecuador, el café es mucho más que una bebida matutina: es una narrativa que refleja la complejidad rica del vino. Al igual que el vino, el café cuenta una historia que se despliega a través de sus raíces geológicas, el carácter regional y las manos que lo cultivan. Esta historia de transformación comienza en el suelo fértil y se extiende a través de los continentes, capturando la esencia de Loja en cada sorbo.
Las Raíces: Suelo y Variedad
El viaje del café de Loja comienza en el suelo, al igual que los vinos más finos de Burdeos o Rioja. La geología única de la región, con sus suelos volcánicos y microclimas diversos, imparte sabores distintivos a los granos de café. Estos suelos, ricos en minerales, nutren las plantas de café, creando una relación simbiótica que realza la complejidad y profundidad de los granos. Cada taza de café de Loja es una experiencia geológica, un testamento líquido de la tierra de la que surge.
La Región: Un Terruño de Sabor
El café de Loja también es un reflejo de su región, al igual que el vino está vinculado a su denominación. La provincia de Loja, enclavada en las montañas andinas, ofrece un terroir inigualable. Las altas altitudes y el aire fresco y brumoso crean un entorno ideal para el cultivo del café. Este entorno único no solo influye en el perfil de sabor del café, sino que también lo conecta con el patrimonio cultural y ambiental de Loja. Beber café de Loja es una inmersión en la esencia de la región, similar a saborear un buen vino de Burdeos o Rioja.
Los Agricultores: El Latido del Corazón de la Comunidad
En el corazón de esta narrativa del café están los agricultores. Sandra Romo y su esposo, con su paraíso de tres hectáreas, son emblemáticos de la dedicación y el cuidado que se invierten en cada grano de café. Su finca, un refugio de biodiversidad y conservación del suelo, es un testimonio del poder de la agricultura sostenible liderada por la comunidad. Como miembros de Apecael (Asociación Agroartesanal de Productores Ecológicos de Loja), ejemplifican el empoderamiento y la resiliencia de los pequeños agricultores que están profundamente conectados con su tierra.
La Cooperativa: Una Voz Colectiva
Más allá de las fincas individuales, la Federación Regional de Asociaciones de Pequeños Caficultores Ecológicos del Sur (FAPECAFES) representa un esfuerzo colectivo para llevar el café de Loja al escenario mundial. Esta federación agrupa la producción de siete asociaciones, permitiéndoles competir en mercados internacionales. Es un modelo de éxito cooperativo, asegurando que incluso los productores más pequeños tengan voz en el mercado global del café. Este espíritu cooperativo refleja los esfuerzos colaborativos vistos en las regiones vinícolas, donde pequeños viñedos se unen para promover su identidad compartida.
La Provincia: Creando una Reputación Global
A nivel provincial, la iniciativa de la "Mesa del Café" une a actores privados y públicos para elevar el perfil global del café de Loja. Esta colaboración busca mostrar la geología única, el suelo y las variedades de café de Loja, al tiempo que destaca las historias de los agricultores y sus organizaciones. El objetivo es hacer del café de Loja un símbolo de calidad y sostenibilidad en el escenario internacional, similar a los renombrados vinos de Burdeos y Rioja.
La Experiencia Global: Un Sabor de Loja
Para el consumidor, el café de Loja ofrece una experiencia extraordinaria. No es solo una bebida; es un viaje que los conecta con la tierra, los agricultores y las tradiciones de Loja. Cada sorbo es una celebración del comercio justo y la producción orgánica, asegurando que las familias ganen un ingreso digno mientras preservan el medio ambiente. Este café es un tributo a Pachamama, la Madre Tierra, honrándola con prácticas que sustentan tanto al planeta como a su gente.
En un café en París, un hogar en Nueva York o una oficina en Tokio, una taza de café de Loja lleva consigo los ricos sabores y las profundas historias de su origen. Es una narrativa de suelo, comunidad y sostenibilidad, una historia que refleja el intrincado viaje del vino, invitando al mundo a saborear el alma de Loja en cada gota.
In the lush highlands of Loja, Ecuador, coffee is more than just a morning brew—it's a narrative that mirrors the rich complexity of wine. Much like wine, coffee tells a story that unfolds through its geological roots, regional character, and the hands that cultivate it. This tale of transformation begins in the fertile soil and stretches across continents, capturing the essence of Loja in every sip.
The Roots: Soil and Variety
The journey of Loja coffee begins in the soil, much like the finest wines of Bordeaux or Rioja. The region’s unique geology, with its volcanic soils and diverse microclimates, imparts distinctive flavors to the coffee beans. These soils, rich in minerals, nurture the coffee plants, creating a symbiotic relationship that enhances the beans’ complexity and depth. Each cup of Loja coffee is a geological experience, a liquid testament to the land from which it springs.
The Region: A Terroir of Flavor
Loja’s coffee is also a reflection of its region, much like wine is tied to its appellation. The province of Loja, nestled in the Andean mountains, offers a terroir that is unparalleled. The high altitudes and cool, misty air create an ideal environment for coffee cultivation. This unique setting not only influences the flavor profile of the coffee but also connects it to the cultural and environmental heritage of Loja. Drinking Loja coffee is an immersion into the region’s essence, akin to savoring a fine wine from Bordeaux or Rioja.
The Farmers: The Heartbeat of the Community
At the heart of this coffee narrative are the farmers. Sandra Romo and her husband, with their three-hectare paradise, are emblematic of the dedication and care that goes into every coffee bean. Their farm, a haven of biodiversity and soil conservation, is a testament to the power of community-led, sustainable agriculture. As members of Apecael (the Agroartesanal Association of Ecological Producers of Loja), they exemplify the empowerment and resilience of small-scale farmers who are deeply connected to their land.
The Cooperative: A Collective Voice
Beyond individual farms, the Regional Federation of Associations of Small Ecological Coffee Growers of the South (FAPECAFES) represents a collective effort to bring Loja coffee to the world stage. This federation aggregates the output of seven associations, enabling them to compete in international markets. It’s a model of cooperative success, ensuring that even the smallest producers have a voice in the global coffee market. This cooperative spirit mirrors the collaborative efforts seen in wine regions, where small vineyards band together to promote their shared identity.
The Province: Crafting a Global Reputation
At a provincial level, the “Coffee Table” initiative unites private and public actors to elevate Loja coffee’s global profile. This collaboration aims to showcase the unique geology, soil, and coffee varieties of Loja, while also highlighting the stories of the farmers and their organizations. The goal is to make Loja coffee a symbol of quality and sustainability on the international stage, much like the renowned wines of Bordeaux and Rioja.
The Global Experience: A Taste of Loja
For the consumer, Loja coffee offers an extraordinary experience. It’s not just a beverage; it’s a journey that connects them to the land, the farmers, and the traditions of Loja. Every sip is a celebration of fair trade and organic production, ensuring that families earn a living income while preserving the environment. This coffee is a tribute to Pachamama, Mother Earth, honoring her with practices that sustain both the planet and its people.
In a café in Paris, a home in New York, or an office in Tokyo, a cup of Loja coffee brings with it the rich flavors and the profound stories of its origin. It’s a narrative of soil, community, and sustainability—a story that mirrors the intricate journey of wine, inviting the world to savor the soul of Loja in every drop.